26 JUN 2011 / Notas de Opinión
Comida chatarra en las escuelas. Cada vez más ofertas y menos control
Todos nos quejamos, pero lo cierto es que a diario vemos pasar una realidad inconcebible y no sólo que no podemos regularla sino que además no le damos la importancia que corresponde.

Que en los establecimientos educativos se promocione y venda comida chatarra, sin horario ni control es por un lado una enorme contradicción y por el otro, un riesgo.Es una contradicción porque en cualquier establecimiento educativo, sea de gestión pública o privada, se deben promocionar actitudes y modos sanos de alimentación, que sirvan para un mejor desarrollo y crecimiento de la persona. Sería abundar decir que es la escuela un lugar preponderante en el proceso educativo de la persona, que constituye una referencia social y es, además de la familia, un lugar de contención y generador de hábitos.

Por otro lado es un riesgo. Estamos desvirtuando y naturalizando el objetivo que debe tener una cantina dentro del espacio escolar. Estamos degradando la autoridad que debe tener el Estado en los propios establecimientos escolares, y estamos dejando pasar una oportunidad más en el proceso de enseñanza y aprendizaje promocionando hábitos y costumbres que en muchos casos pueden traer consecuencias irreparables.

Las cantinas pueden y deben ser sustentables económicamente. Pero dentro de una escuela deben propender a la alimentación saludable. El problema que enfrentamos es complejo y tiene que ver con la alimentación y la mala nutrición de los más chicos. Debe abordarse con acciones integrales y con decisiones políticas que marquen rumbos a la sociedad en su conjunto. Es imprescindible y urgente coordinar, planificar y aplicar acciones de promoción y protección de la salud, tendientes a mejorar el estado nutricional de las futuras generaciones.

Hoy la escuela en este aspecto desvirtúa su rol, porque malenseña en un lugar donde los chicos deben ir a aprender. Nos privamos de enseñar bien en un lugar multiplicador por excelencia y de alto impacto en la comunicación hacia el resto de la sociedad.

Así como pudimos implementar en las escuelas un espacio de concientización para aprender y enseñar sistemas electorales, para "familiarizar a la ciudadanía" con respecto a nuevas formas de elegir ¿Por qué no lo podemos utilizar para transmitir, aprender, familiarizar y enseñar una educación verdaderamente saludable? No sólo no lo hacemos. ¡Hacemos todo lo contrario!

La obesidad es hoy una de las patologías más importantes relacionadas con la mala nutrición por excesos, deficiencia de micronutrientes o desnutrición oculta. Se afirma que los mayores desencadenantes de la obesidad son la alimentación inadecuada y la disminución de la actividad física. Hace unos años el Ministro de Salud y Ambiente de la Nación expresó categóricamente: "Hoy, la bomba sanitaria que tenemos a futuro, es la obesidad. En 40 años a la especie humana le pasó lo peor que le podía pasar: come un 30% más, duerme un 30% menos y hace un 40% menos de actividad física. Lo que está pasando con la alimentación es una epidemia, y como tal debe ser tratado".

Lamentablemente, a pesar de haber logrado en dos oportunidades la media sanción de un Proyecto de Ley en la Cámara de Diputados, no hemos podido avanzar en la sanción definitiva en la Cámara de Senadores. Creemos que en este tema ha faltado decisión política. Tal vez sea considerado como una cuestión menor, pero seguramente lo vamos a lamentar en el futuro.


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