Cuando hablamos del Holocausto es necesario recordar a todas las personas que fueron perseguidas y  asesinadas durante este crimen atroz, entre las que se encontraban judíos, homosexuales, personas con discapacidad, opositores políticos, testigos de Jehová, negros, polacos, gitanos (Roma y Sinti) y los llamados Justos de las Naciones.

El plan de exterminio del nazismo fue sistemático y planificado. Y no es una cuestión de hablar de números, ya que convertir a las personas en objetos y en números fue uno de los objetivos que persiguieron los jerarcas nazis.

Estoy convencido de que el mejor modo de recordar, transmitir y enseñar esta historia es humanizándola, hablando de nombres y personas, y no de números.

Esta fecha significativa en la historia nos invita a mantener la memoria activa, para asegurarnos de que nunca más se perpetre un crimen semejante contra nuestra humanidad, para que nadie más sea perseguido por sus creencias, orientación sexual, color de piel ni cualquier otro motivo.

Es nuestro deber seguir reivindicando los derechos humanos que nos pertenecen a todos por igual por el simple hecho de ser personas, y trabajar cada día para asegurarno