En la sesión del jueves 27 de octubre la Cámara baja trató la modificación del artículo 23 de la norma Nº 2.756: Ley Orgánica de Municipalidades, que afecta directamente a la conformación de los Concejos Municipales. Esa tarde el proyecto de ley obtuvo media sanción, y fue communicado al Senado para su tratamiento. La iniciativa fue de los diputados Simoniello, Real, Boscarol, Mascheroni, Mauri, Marcucci, Dadomo, Menna y Fascendini.
A continuación la intervención del diputado Leonardo Simoniello en el recinto argumentando la necesidad de avanzar en esta propuesta.
SR. PRESIDENTE (Di Pollina).– Tiene la palabra el señor diputado Simoniello.
SR. SIMONIELLO.– Señor presidente, en poco tiempo más vamos a cumplir 20 años desde la sanción de la reforma constitucional que, en su artículo 123 rescató e impuso las autonomía municipales. Esta Cámara tiene proyectos de distintos legisladores, quiero recordar el del señor diputado Gastaldi, el del señor diputado Marcucci y seguramente hay otros que no recuerdo en este momento, que han impulsado por ley cuestiones que tienen que ver con las autonomías municipales. También hay un mensaje vinculado a una reforma constitucional que también tiene que ver con las autonomías municipales.
Lo cierto es que creo que todos estamos de acuerdo con la necesidad de legislar en la materia, todos estamos de acuerdo con la necesidad que se consagren las autonomías municipales, fundamentalmente en aquellas ciudades donde no sólo se discuten o se necesitan discutir la cantidad de concejales, la forma de representación sino hay cosas verdaderamente importantes que vendrían a solucionar o, por lo menos, a generarse otro tipo de discusiones en el marco de estas ciudades y que tienen que ver con muchas otras cosas y que bien vendrían las autonomías municipales.
Lo que sucede es que ni el año 2002, cuando se sanciona esta ley de cercenamiento de la participación de los Concejos Municipales de Santa Fe y Rosario, ni en el año 2011 –casi llegando al año 2012– tenemos autonomías municipales.
Y en realidad, lo que viene a hacer esta propuesta, acompañada por muchos diputados de distintos bloques, de distintos partidos, de distintas ciudades, entiendo que tiene que ver con reparar un daño para referirme al cual ni siquiera voy a utilizar mis palabras.
Decía el diputado Lamberto, con quien no tengo ánimo de discutir, que esta ley quitó congruencia; decía el diputado Javkin que limitó la participación política, y la verdad que son cuestiones fundamentales que, si uno tiene un elemento que es una ley que puede reparar ese daño, no entiendo cuál es la situación por la cual no podemos reparar los daños que reconocemos que existen y después, como corresponde, ir por más, ir por la reforma constitucional, ir por las autonomías municipales y la consagración de otros institutos también importantes que tienen que ver con la vida y la participación democrática.
En aquel entonces, año 2002, recordemos, estábamos en medio de una crisis política, de una crisis de legitimidad y uno recuerda que, en realidad, en muchas de las esquinas de las distintas ciudades había cacerolazos, manifestaciones con el “que se vayan todos”.
Y hay que decirlo con un espíritu también autocrítico por parte de todos, porque sé que todos lo tenemos, que en realidad, aquello que se dio en llamar una Ley de Reforma Política que fue enviada a la Cámara de Diputados, que después la Cámara de Senadores modificó, volvió y dio sanción definitiva la Cámara de Diputados, lo único que hizo de reforma política es modificar la cantidad de concejales en las ciudades de Santa Fe y Rosario.
No hizo absolutamente otra cosa esa ley ni el mismo Gobierno que lo propuso. Después sí vinieron algunas modificaciones que fueron interesantes, modificaciones que se hicieron en el anterior Gobierno al actual, en el actual, y seguramente van a venir otras en el futuro.
Lo cierto es que el statu quo vigente desde el 2002 perjudica notoriamente la participación de los vecinos y la representación en las ciudades de Santa Fe y de Rosario, perjudica la participación de las minorías, perjudica la participación de algunos sectores, como por ejemplo, la juventud, porque a menor cantidad de concejales, menor cantidad de opiniones, menor cantidad de posibilidades, menor cantidad de personas que pueden acceder a una banca en el Concejo Municipal, que es mucho más que una escuela primaria, porque en realidad es el lugar en donde muchos de nosotros empezamos a hacer política y muchos de los que van a venir empezaron a hacer política y muchos de los que van a llegar a lugares muy importantes empiezan a hacer política. Pero, fundamentalmente, es la caja de resonancia de los problemas de una ciudad.
Por eso, es sabia la Constitución en consagrar las autonomías municipales y somos poco sabios nosotros, quienes estamos muy atrasados en esta materia.
Por eso, por un lado, quiero ratificar la voluntad de generar mecanismos para consagrar criterios de autonomía municipal, reforma constitucional, por ley, por donde sea, pero también quiero ratificar la necesidad que tiene este Cuerpo –y ojalá el Senado le dé la sanción definitiva si hoy es que le damos media sanción– de rectificar un error. Y todos los que estamos acá podemos reconocer que es un error el argumento de decir que antes lo votamos porque no había autonomía municipal y después no lo votamos porque no había autonomía municipal, lo único que se hace es mantener el error y en ese error estamos quienes seguimos sosteniendo, aún desde una banca de diputado, que los Concejos Municipales son importantes y que la representación de los concejales sigue siendo importante.
En este sentido, hace algunas semanas yo me manifestaba –después de las elecciones– sobre algunas incoherencias, incongruencias que se daban con este statu quo de lo que fue la ley denominada Borgonovo que, insisto, se debió haber modificado o intentado modificar o por lo menos considerar una media sanción, inclusive mucho antes.
Y por sólo poner algún ejemplo, en la ciudad de Rosario, el Frente Santa Fe para Todos, si dividimos la cantidad de votos por las bancas que sacó, podemos decir que necesitó más de 40.000 votos para ser concejal. Aquí, el Frente Progresista Cívico y Social, una banca, en Rosario necesitó más de 32.000 votos y Unión PRO Federal, necesitó más de 37.000 votos.
Y sin desmerecer para nada, porque soy diputado y defiendo y vengo de una lista mayoritaria, en realidad, para ser diputado en la lista mayoritaria de las elecciones del 24 de julio, se necesitó 20.000 votos.
Y esto sí que es una incoherencia. Y es una incoherencia que la tenemos nosotros acá. Y nosotros la podemos resolver. No tenemos que esperar que quién sabe cuándo se dé la verdadera discusión y mientras tanto, en los concejos municipales de Rosario y de Santa Fe, se necesitan estos números para llegar a una banca y para representar.
Y quiero decir algo que es muy importante. No voy a hablar de la ciudad de Rosario porque no la conozco, pero sí voy a hablar de la ciudad de Santa Fe. Este no es un problema sólo de cantidad y mucho menos de presupuesto, porque nosotros incorporamos en el despacho que no se pueden modificar los presupuestos, para que cualquiera no pueda salir a decir que se gasta más en política, por más que se tiene que gastar en política y se tiene que mejorar la calidad de la política y se tiene que mejorar la calidad de la representación. Bastante caro nos ha salido no gastar en política en este país.
Decía que la menor cantidad de concejales, no sólo que coarta la representatividad de las minorías, de los jóvenes, de los sectores que pueden acceder, de los dirigentes barriales, de los dirigentes vecinales, de cualquier persona que se pueda acercar, porque necesita menos cantidad de votos para poder acceder a una banca, sino que, fundamentalmente, concentra poder, y es por eso que nosotros defendemos que haya mayor cantidad de concejales, para que haya mayor cantidad de opiniones y menor concentración de poder. No podemos esperar que se den otros episodios, como una reforma constitucional o una reforma política para esto.
Por eso es que estamos insistiendo con este proyecto, que lo hemos presentado en reiteradas oportunidades, siempre acompañados por los distintos concejales y hoy, por suerte, acompañados en el voto por muchos diputados de distintos partidos políticos.
Y quiero hacer una rápida revisión de algunas ciudades: la ciudad de Santa Fe tiene 382.000 habitantes, esperamos llegar a 400.000, más o menos, luego de que en diciembre se dé difusión de los datos definitivos.
La ciudad de Bahía Blanca tiene 300.000 habitantes y tiene 24 concejales. La ciudad de San Miguel de Tucumán tiene 550.000 y tiene 18 concejales. Posadas tiene 324.000 y 14 concejales. Corrientes tiene 358.000 y 15 concejales. Salta, 536.000 y 21 concejales. Paraná, acá, al lado nuestro, 330.000 aproximadamente y 15 concejales.
La verdad es que, revisando si algunas de estas provincias y estas ciudades había adoptado este mismo criterio de disminuir la cantidad de concejales, no lo encuentro. En ninguna de las ciudades de la República Argentina.
Y se llegó a incoherencias. Me tomé el atrevimiento de ver algunos aspectos de la versión taquigráfica de aquel entonces, y quien es hoy Presidente de la Cámara de Diputados, el diputado Di Pollina, decía acerca de estas incoherencias: “Recuerdo que manifestamos en este recinto que la norma, tal como estaba siendo aprobada [hablaba de la primera sanción de la Cámara de Diputados], daba a particularidad de que un concejo de segunda categoría pudiese llegar a alcanzar y superar en el número de concejales a un concejo de primera categoría. Con esta modificación, se llegaría a dar una paradoja como que el Concejo Municipal de Santa Fe, con aproximadamente 350.000 habitantes, quedaría en el 2005 con 12 integrantes [después quedó con 13]; mientras que por ejemplo el Concejo de Venado Tuerto, ciudad de [por entonces] 60 mil habitantes, llegaría a tener en ese año con 10 concejales dado que ya contaba con 9”. Después el Senado congeló las bancas de las ciudades de segunda categoría.
“Fíjense lo incoherente de todo esto. La diferencia entre una ciudad de primera categoría de los quilates de Santa Fe, en el sentido de la representatividad [le agradezco al diputado Di Pollina lo que decía de la ciudad de Santa Fe] y otra de segunda categoría [citaba el caso de Venado Tuerto y otras], con 3 concejales solamente de diferencia”.
En aquel entonces, el diputado D’Ambrosio decía que “En la Provincia hay 361 concejales. Esta reforma alcanzará en el final, en el 2005, se va a bajar en 32 concejales y el año que viene a 16”, y decía: “Supongo que si los caceroleros de diciembre estuvieran presentes en este recinto muchos no saldríamos vivos ni los que nos oponemos ni los que van a aprobar esta supuesta reforma política”. Porque ésta era la verdad de la reforma política del año 2002.
Tengo otros números acá. Por ejemplo, la ciudad de Santa Fe tiene 13 concejales y ciudades como Recreo, con 12.798 habitantes, tiene 6 concejales, 2000 votos aproximadamente por concejal; y Laguna Paiva, 15.000 habitantes, 2.500 votos por concejal.
Lo cierto es, señor presidente, que nos parece que estamos en condiciones de enmendar un error y estoy convencido de que es el momento. Tal vez, hubiera sido mejor un poco antes, pero si lo podemos hacer ahora, sin dudas estamos ganando tiempo.
Después tenemos otras manifestaciones de los senadores y diputados, porque en aquel entonces todos sabíamos que la reforma política que se estaba haciendo no era consistente, que lo único que hacía era disminuir la cantidad de concejales de Santa Fe y Rosario.
Por eso, la verdad es que estamos satisfechos con el despacho que se incorporó en la Comisión de Asuntos Constitucionales y Legislación General. Hay un par de modificaciones que va a hacer luego el diputado Boscarol. También tenemos declaraciones del Concejo Municipal de Santa Fe al respecto.
Por lo tanto, señor presidente, manifestamos nuestro beneplácito porque si esto después el Senado lo hace ley, por lo menos en esta materia echaremos un manto más cercano al concepto de Justicia que perdimos en el 2002.
Una cuestión más, que tiene que tiene que ver con las autonomías municipales. El proyecto también prevé la delegación a los concejos de Santa Fe y Rosario –concejos de primera categoría– de la facultad de decidir modificar coeficientes para poder aumentar la cantidad de concejales o sea que este también es un paso importante en función de delegar la autonomía política a las ciudades de Santa Fe y Rosario.
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Of. Prensa Simoniello