Ana mujer, y muy joven: Hoy quiero compartirles estos conceptos con los que Ana Frank describió a la juventud desde su encierro.
Ana percibe en su entorno que su voz no es escuchada ni respetada por parte de los adultos, quienes le señalan que los jóvenes no pueden entender ni opinar sobre ciertos temas. En su diario expresa, con frustración y con valentía, que los jóvenes sí pueden entender sobre encierro, melancolía y libertad, piensan y sienten igual que los adultos.
Ella sentía que su modo de ver la vida y el mundo, menos pesimista que el de los mayores, podría ayudar a generar un clima más ameno y esperanzador dentro del escondite. Pero del otro lado, siempre recibía la misma evasiva: la prohibición de opinar.
Sin embargo, hoy entendemos que el valor de las palabras que Ana dejó en sus escritos nos sirve como herramienta para interpelarnos, aun sabiendo que sus ideas fueron plasmadas en su diario siendo ella una joven.
Nos encontramos atravesando un momento en el que muchos jóvenes encuentran su derecho a la Educación vulnerado, y estoy convencido que debemos comenzar el camino de la acción, convocando a jóvenes que han tenido mejores oportunidades a “rescatar” a otros que probablemente no las tuvieron...
Debemos pensar en una nueva construcción, brindando los espacios para alentarlos, cuidarlos y darles las chances de actuar…
Ellos están dispuestos, tienen la voluntad y una profunda capacidad de empatizar con las realidades de sus pares.
Siempre hemos construido con los jóvenes nuestros Espacios Educativos, generando instancias de acciones concretas, de diálogos y debates, de comunicación y transmisión de saberes y sentires entre pares. Es una forma cierta de construir el futuro, pero fundamentalmente de hacer mejor el presente.
Leonardo Simoniello