Junto a su hermana Leticia, llevaron a cabo una experiencia única en la educación argentina del siglo XX.
Se propusieron pensar una educación que habilitara el juego, la imaginación, el arte y la naturaleza en su proceso pedagógico. Saber, sentir y conocer fueron parte de un mismo objetivo: la experiencia del verdadero aprendizaje. Para ello, crearon el proyecto de la Escuela Serena en el barrio Alberdi de la ciudad de Rosario, en la cual se consideró como fundamental: el respeto por las infancias, que la escuela sea parte de cada comunidad, pensar la educación como un hecho social y rechazar cualquier forma de discriminación. Las hermanas Cossettini apostaron a transformar la realidad de su momento. Como ellas, quiero reivindicar al juego y a la inclusión como los ejes de la educación de calidad que todos los argentinos nos merecemos.