Discurso del Diputado Simoniello en la Sesión Especial realizada el 29 de Mayo de 2008 en Homenaje a los Deportistas Santafesinos que participarán en los juegos olímpicos de Beijing 2008.

SR. PRESIDENTE (Di Pollina).- Tiene la palabra el señor diputado Simoniello.

SR. SIMONIELLO.- Gracias, señor presidente.

Por medio de esta iniciativa que oportunamente hemos impulsado y votado en forma unánime, pretendemos que la Cámara de Diputados brinde un merecido homenaje a quienes representarán al deporte argentino en los próximos juegos olímpicos a desarrollarse en la República Popular China desde el 8 de agosto próximo. Deportistas que son de nuestra provincia, que se han formado en ella y que han hecho el esfuerzo de vencer las diversas dificultades que se interponen, muchas veces, entre los logros deportivos mas preciados y la cotidianeidad de la vida común.

A quienes queremos destacar son deportistas de excelencia del más alto nivel pero no sólo del mas alto nivel deportivo sino, además, de cualidades dignas de imitar por la sociedad en su conjunto. Porque es así, la preservación y el desarrollo de las aptitudes físicas, intelectuales y morales del ser humano mejora la calidad de vida de las personas, refuerza en su acción formativa y favorece los valores fundamentales que sirven de base al pleno desarrollo de los pueblos. La búsqueda de la imitación de los buenos ejemplos más cercanos -y este, sin duda, es uno de ellos- debe ser promovida por el Estado, reconociéndolos y presentándolos antes la sociedad, y especialmente ante los jóvenes, como modelos posibles a seguir, incentivándolos a emular su conducta y sacrificio como valores de vida indispensables para cualquier logro más allá del resultado final.

Estos deportistas, sin duda, son para nosotros un ejemplo a seguir, un estereotipo a reproducir. Entendemos que es necesario su ejemplo, no sólo deportivo sino de conducta, de perseverancia, de tenacidad y de entrega en pos de un objetivo. Ahora, como dice la canción de Calamaro, que parece que para siempre no dura tanto, que todo es fugaz, que mucho se compra y mucho se vende o que nada perdura, es necesario decir que hay otras muchas cosas que valen y que se construyen día a día, apostando a ideales, a convicciones y buenas conductas.

Y que no quepan dudas que este homenaje se realiza sin pensar en el resultado final, porque estamos convencidos de que quienes hoy están aquí, o sus familiares, representan a quienes, para nosotros, ya han ganado y nos han hecho ganar como sociedad. Por eso, no sólo los homenajeamos sino también los reivindicamos.

Pretendemos, entonces, exaltar no sólo la destreza física o técnica, o los mejores promedios de velocidad que seguramente buscarán en la competencia, o los mejores diez segundos sostenidos en una carrera, o los diferentes minutos del más alto nivel que seguramente ostentarán. Porque esto, seguramente, lo haremos oportunamente con nuestro corazón de hinchas, o el periodismo deportivo se encargará de ello.

Queremos presentar y homenajear, en esta oportunidad, el esfuerzo que les implicó estar allí, en el lugar más alto del deporte mundial, con todo lo que ello implica. Estamos convencidos de que el deporte de competición, incluso en sus manifestaciones más espectaculares, debe seguir estando, según el ideal olímpico, al servicio del deporte educativo del que es culminación y ejemplo y ha de permanecer al margen de toda influencia de intereses comerciales fundado en la búsqueda de beneficios personales o grupales.

Esta Cámara, entonces, decide homenajear a nuestros representantes porque los poderes públicos también, en todos los niveles, deben favorecer las actividades físicas y deportivas cuyo valor educativo sea más manifiesto. Su intervención debe consistir en hacer aplicar las leyes y los reglamentos, pero también en prestar una ayuda material y tomar medidas de promoción, de estímulo y de control con miras a fomentar estas actividades.

Estos representantes argentinos oriundos de nuestra Provincia ya son exitosos y seguros merecedores del pensado homenaje. Pretendemos premiar, entonces, su recorrido, el camino andado.

Si logran para nuestro país y nuestra provincia una medalla, bienvenida sea, como otro factor multiplicador de todo lo antes expresado. Pero si eso no ocurriera, nunca debemos olvidar, en todos los órdenes de la vida y en este en particular, que sólo pueden perder o no ganar una medalla olímpica aquellos que llegan a disputarla, con todo lo que ello significa.

Por lo tanto, muchas gracias a todos y la mejor de las suertes para la actividad que ustedes van a desarrollar en representación de nuestro país.