Intervenciones
en el Recinto
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27 de Marzo de 2008 |
En la sesión del pasado 27 de Marzo , el Diputado Leonardo Simoniello, expresó su opinión respecto al conflicto de las retenciones agropecuarias, formulando su descontento por no lograr un acuerdo entre los distintos bloques de la Cámara de Diputados. En su intervención además, hizo críticas referencias a las bases del modelo político - económico de gestión de los gobiernos nacionales justicialistas en las ultimas décadas, como así también al discurso emitido por la Sra. Presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner. |
Señor presidente, soy uno de los que no pensaba hablar pero me parece que hay algunas cuestiones que se fueron desandando en la última parte del debate y otras que han quedado sin manifestarse, que me gustaría plantear. En primer lugar, quiero
aclararle a muchos señores diputados, sobre todo justicialistas,
que soy de los que creo que el tema del "menemismo", cuando
se habla tan fácilmente de la década del '90, más
allá de ser un tema del partido político que gobernaba o
de quien pertenecía el ex presidente, es un problema del modelo
económico. Un modelo económico que, en el marco de los años
que estuvo vigente, diez años también, como hoy la Presidenta
Kirchner o el presidente Kirchner se arrogó haber sacado muchos
votos en cada una de las elecciones. Con esto quiero decir y, planteando
un poco lo que planteaba el señor diputado Mascheroni, De la Rúa
mediante, que también sacó una importante cantidad de votos,
el problema era el modelo y soy de los que creen que el modelo continuó
hasta la caída de De la Rúa, más allá de lo
que se haya o no intentado hacer. Creo que a partir
de aquellas reacciones por un modelo que se caía, que no se podía
sostener, algunas muy similares a las que están sucediendo hoy,
el entonces presidente Duhalde, un poco por convicción y otro poco
por necesidad, fue el que torció el rumbo, a mi modo de ver las
cosas, con buen tino, haciendo muchas de las cosas que había que
hacer y que no se animaron o no pudieron o no supieron otros, fundamentalmente,
la salida de la convertibilidad. Por eso, uno no entiende
esta cuestión de que somos todos K y ni siquiera nos acordamos
de eso cuando decimos que el padre de la criatura fue Néstor Kirchner
y me parece que antes hubo otros elementos que, de alguna manera, nos
hemos olvidado en este recinto. El padre de la criatura
no fue Kirchner y el esfuerzo del pueblo argentino fue muy grande para
salir de ese modelo que -vuelvo a decir- tuvo muchos votos con Menem y
muchos dirigentes, intendentes, legisladores, se sentían muy felices
de ser menemistas en aquel entonces, se ganaron muchas gobernaciones,
muchas intendencias, muchas diputaciones y el país se estaba perdiendo.
Digo esto solamente a los efectos de significar que muchas veces los votos,
si bien legitiman desde lo formal, no quiere decir que nos lleven por
buen camino. En segundo lugar,
quiero plantear que es verdaderamente una lástima que no nos podamos
poner de acuerdo. Creo que hay una decisión política del
Justicialismo o de sectores del Justicialismo de cerrar las puertas para
que no nos podamos poner de acuerdo y dar un ejemplo, después de
las manifestaciones de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner
en cuanto a no sólo convocar al diálogo, de una manera un
tanto soberbia, podríamos decir, porque no dejó nada para
los otros. Cuando hay un diálogo tiene que haber algo para decir
de las dos partes, pero si yo digo "si no es esto no hay nada",
es difícil establecer un diálogo. Y me parece que la postura
de algunos sectores del Justicialismo acompaña a esto. Mientras tanto, en
la calle se están movilizando los distintos sectores a los que
no le vamos a poder pedir demasiada tranquilidad, demasiada coherencia,
que se pongan de acuerdo, que estén tranquilos cuando acá
no nos podemos poner de acuerdo. Insisto, creo que
el Frente Progresista hizo todos los esfuerzos para lograr que la Cámara,
en el día de hoy, tenga una salida, una declaración que
más o menos unifique no sólo lo que pensamos sino -y en
esto no cabe dudas- lo que manifestaron intendentes y presidentes comunales
de diversas extracciones. Pero quiero plantear,
y voy a ser breve, un tema que me preocupa y que de alguna manera, tangencialmente,
se fue planteando acá, pero lo quiero decir de manera más
aguda y para que se tenga en claro, porque vengo de otro Poder Legislativo,
de un legislativo municipal, de una ciudad en donde -como otras ciudades
y muchas comunas- el presupuesto es casi inviable si uno pone en un plato
de la balanza lo que genuinamente se recauda, lo que legalmente les corresponde
por coparticipación y lo que gasta. Esta es la pura verdad, los
municipios y las comunas, formalmente, sin recursos de extraña
jurisdicción son inviables, muchos de ellos, por lo menos. Acá se dijo
que no hay política agropecuaria y esto es verdad. Estamos peleando
y discutiendo si el problema es 34, si el problema es 37 ó 44%
de las retenciones. Y en realidad, el problema hoy podrá ser este,
pero el problema a futuro es mucho más grave, porque con las políticas
o falta de políticas sobre la materia que estamos discutiendo,
el futuro puede llegar a ser bastante incierto y nos podemos quedar sin
retenciones, sin 37, sin 30, sin 44, en un futuro no tan lejano. No hay política
agropecuaria pero sí hay un modelo político. Esto es lo
que quiero plantear a partir de la existencia de los superpoderes, las
retenciones y el aumento de las retenciones que de ninguna manera estaba
planteado en la campaña electoral. Un modelo político
que centraliza los recursos y atenta contra el sistema federal. El sistema
federal que consagra nuestra Constitución y el sistema federal
que sostenemos, de alguna manera, en nuestra provincia al tener determinadas
las intendencias y las comunas. Y este modelo político
de concentración económica, en el que la distribución
es absolutamente discrecional, genera también un modelo político
con falta de transparencia. Con falta de transparencia porque ninguna
de las localidades de nuestra provincia o de todo el país -si se
quiere ampliar la situación- pueden ser autónomas en las
decisiones. Si los presupuestos
no cierran, si los presupuestos genuinos no cierran, dependemos de quién
tiene el teléfono más cercano, quién tiene la habilidad
más efectiva de ir a pedirle plata al amigo más cercano
al Presidente, para ver si nos puede tirar una u otra obra. ¡Y no
vaya a ser que una de nuestras localidades decida cuál es la obra,
porque esto no es así, porque aparte de las obras, hay recaudadores
que manejan las empresas que van a ser quienes ejecutan las obras! Entonces, este modelo
político, que sí existe, es perverso. Atenta contra el régimen
federal y contra la posibilidad de que cada uno de los argentinos, directa
o indirectamente incida en qué tipo de propuesta tiene. Y ahí está
lo que planteaba el diputado Javkin, de alguna manera, que tiene que ver
con el achicamiento, el subdesarrollo de cada una de las ciudades, de
los pueblos que existen en el interior de nuestra Provincia y nuestro
país. Porque es muy diferente el crecimiento al desarrollo. Yo
puedo crecer porque tengo un presupuesto más grande, porque la
Presidenta me prometió plata, porque me asiste socialmente, pero
puedo tener una ciudad, una localidad, una población que no se
desarrolla, puedo crecer un montón, pero no tengo desarrollo, el
desarrollo humano, los actores, las personas que viven en este país. Y ahora, focalizando
la cuestión, tiene que ver con que esto, además de ser inconveniente
por todo lo que hemos planteado, porque atenta contra el pequeño
y mediano productor, por la imposibilidad de haber discriminado cada una
de las realidades, asegura y fortalece un modelo político de caja.
Un modelo político que nos saca autonomía a cada una de
las provincias, a cada una de las ciudades y a cada una de las comunas. Entonces, evidentemente,
no nos vamos a poner de acuerdo porque hay decisiones tomadas, y no se
va a dar ese proceso que sí se dio en el Salón Blanco de
la Casa de Gobierno cuando el Gobernador hizo un escenario de la situación
y a partir de las manifestaciones de los distintos dirigentes que estaban
ahí, se fue llegando a una conclusión. Acá, evidentemente,
esto no le hemos podido hacer. Quiero plantear la
cuestión de que esto es centralismo puro, no conviene, no sirve,
subestima las autonomías de cada uno de los dirigentes, de cada
una de las provincias y, fundamentalmente, estamos hablando de la Provincia
de Santa Fe y que seguimos siendo mendigos de la Nación. Pero, evidentemente,
este no es un problema que se está discutiendo hoy, el problema
es si suspendemos o no las retenciones; pero, en realidad, y más
allá de estar de acuerdo con las retenciones, acá hay un
problema de transparencia, un problema que hace a este país institucionalmente
pobre, inviable desde el punto de vista de cada una de las autonomías
de las provincias. Por lo tanto, acá no va a haber una salida consensuada,
pero que se sepa que, más allá de discutir el porcentaje
de las retenciones, seguir avalando este tipo de políticas perjudica
a nuestro régimen federal. |