La Cámara de
diputados de la Provincia dio media sanción al proyecto de Ley
del Diputado Provincial Leonardo Simoniello, que prohíbe la instalación
y funcionamiento de cajeros automáticos expendedores de dinero
en el interior de los lugares de funcionamiento de Casinos, Máquinas
de Azar Automáticas y Bingos.
La prohibición
alcanza a un radio no menor a 200 metros de distancia del lugar de emplazamiento
de estos establecimientos
En los fundamentos
del proyecto sancionado, Simoniello planteó la necesidad de adoptar
medidas objetivas que desalienten el Juego compulsivo. Existen otras políticas
absolutamente necesarias como la implementación de programas contra
la ludopatía, pero mientras estas tienen efecto es necesario actuar
con medidas objetivas y concretas.
"Lejos de
ser una comodidad, para algunas personas un cajero automático cerca
del casino puede representar lo mismo que una casa de empeños".
Es necesario desalentar el uso de cajeros automáticos o extracciones
de dinero en máquinas expendedoras por parte de las personas que
acceden a los establecimientos de juego. Es necesario entonces tomar medidas
concretas.
Por otra parte, es
impensado y absolutamente irreal que se pueda seducir a las entidades
bancarias a que no coloquen cajeros en lugares de mayor prestación.
Además la realidad lo ha demostrado. Tampoco es comprensible que
quienes gerencian negocios como shopping, hoteles o las propias salas
de Juego, accedan libremente a no instalar elementos que les brindan servicios
a sus clientes. Ellos están para ganar dinero. Los cierto que en
un provincia como la nuestra, es el Estado el que tiene que regular estas
cuestiones. Por ello es necesaria la Ley.
Es claro que muchas
de las personas que concurren a estas salas adoptan lo que podría
denominarse como un "mecanismo reflexivo de autopreservación
de su patrimonio", que consiste en llevar sólo consigo la
cantidad de dinero que, antes de ingresar, consideran "razonable"
apostar para resistir la tentación de jugar o gastarlo todo.
La "ludopatía",
o "juego compulsivo", es reconocida como un trastorno mental
que empuja a las personas a un abrumador e incontrolable impulso a jugar,
que progresa en intensidad y urgencia, y finalmente invade, socava y a
menudo destruye todo lo que es significativo en sus vidas.
El funcionamiento
de cajeros automáticos a unos pocos pasos de distancia del lugar
donde se realizan las apuestas, es un elemento que contribuye, casi de
manera determinante, a disparar el deseo -patológico o no- de seguir
apostando cuando el jugador se queda sin dinero en sus bolsillos.
Finalmente, el autor
de la iniciativa afirmó que esta es solo una medida. Que es necesario
por un lado implementar programas de concientización, pero que
también hay otras acciones que se pueden generar en la coyuntura.
"Los horarios y el valor de las apuestas son otras que vamos a
seguir intentando impulsar."
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