Reutemann
cree que se lo ataca personalmente a él cuando se le recuerda
su pasado. Lo que en realidad se ataca es el modelo que él
representó e impulsó desde que se dedicó
a la actividad política.
Sin dudas el tema de la privatización del Banco Provincia
puso en relieve la verdadera participación de Reutemann
en el proceso y un caso de amnesia política digna de destacar.
Porque el ex gobernador sigue no recordando. Evidentemente no
recuerda el mensaje que mandó a la legislatura en el año
1994. No recuerda su relación coincidente y contemporánea
al proceso, con los hermanos Rohm. No recuerda si le pidió
a su sucesor que termine con el proceso del Banco. Evidentemente
tampoco debe recordar si por aquellos días era menemista,
o cuando se volvió Kirchnerista o por que se volvió
antikirchnerista.
Son una lástima,
en este caso, los "no recuerdo", las rebuscadas interpretaciones
y los "no me avisaron", porque se hace difícil
discutir de políticas y convicciones con personas que no
se pueden hacer cargo de su pasado reciente frente a los destinos
de la provincia.
Porque
si hubo otra privatización emblemática, plagada
de dudas y con un desenlace lamentable en nuestra provincia fue
la entrega de los servicios de aguas y cloacas a manos del grupo
catalán Suez y que a partir de Diciembre de 1995 dejó
a las 15 principales ciudades de la Provincia, cautivas de promesas
de inversión que nunca llegaron y con servicios que nunca
se expandieron. La promesa de inversión por 1200 millones
de dólares nunca se ejecutó.
Mientras tanto,
esta desinversión en obras públicas, en sectores
realmente necesitados, provocaron un impacto negativo en los distritos
servidos. En la ciudad de Santa Fe, a modo de ejemplo, podemos
calcular una desinversión que ocasionó que el 40%
de nuestros vecinos no tengan servicios y muchos no tengan agua
potable, pese a los esfuerzos municipales de instalar sistemas
alternativos.
Porque el
fundamento que sostuvo el gobierno de Reutemann a la hora de impulsar
la Ley 11220 sancionada el 24 de noviembre de 1994 fue la falta
de inversión. De la falta de capacidad de la Ex Dipos de
financiar las obras necesarias para la extensión de los
servicios pasamos en un año y medio a la primera renegociación
del contrato con la empresa. Esta renegociación duró
un año y medio mas. Mientras tanto se suspendieron las
inversiones y luego, se reformularon los plazos de obras que inclusive
nunca se cumplieron
Es decir,
privatizamos una Empresa del Estado con la excusa de incorporar
obras, inversiones y servicios que nunca llegaron. Poco tiempo
después, llegó la segunda renegociación,
con aumento en el precio del servicio y una nueva reformulación
de las obras. Para la Provincia, un negocio nefasto.
Durante la
década menemista, los empleados ejecutores de las políticas
de aquel entonces fueron muchos. Reutemann fue uno de ellos. A
lo largo del tiempo, no pudieron justificar la privatización
ni del Banco Provincia ni de la Dipos. En esta última Aguas
Provinciales se quedó con la Empresa estatal sin desembolsar
un peso y sin comprometer canon. No se realizaron las obras, no
se incrementaron los servicios y hoy inclusive afrontamos un litigio
en el Ciadi de mas de 300 millones de U$S. Otro gran negocio para
los santafesinos del cual nadie se hace cargo.
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